12.27.2009
- Oye... -Susurró Omar, perdido entre las sábanas.
- Dime.
- Esto no se lo debemos contar a nadie.
- ¿Porqué no? Deja que la gente se muera de envidia. Pero envidia de la buena.
- No. Tú y yo tenemos que llevarnos mal. Porque si no, no tiene ninguna gracia.
No había luz, pero Omar se la imaginaba. Con las pequeñas pecas que sólo él era capaz de ver, y sus ojos. El verde más raro y bonito que había visto nunca.
La chica con la que había soñado siempre. Y la tenía ahí, suya por esa noche.
- Bueno, no pienses en eso ahora. Pero yo te digo que no me lo voy a callar. - Sonrió. Y Omar lo notó. Su sonrisa magnética clavada en su cara.
Etiquetas: Omar y Em.
1 Comment:
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- Anónimo said...
28 de diciembre de 2009, 11:13Pobre Omar :) Hechizado por los ojos de Em, muás
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