Tu mundo es igual que el mío.


5.13.2009


Esquivando los últimos rayos del Sol, Kenae volvió a casa. Se le volvió a caer el mundo encima. Al ver que no estaban sus padres, abrió el armario de las bebidas y se hechó en un pequeño vaso algo de Whisky. No le gustaba en absoluto. Le hacía daño en la garganta y le quemaba el pecho. Pero era una forma de demostrar lo poco que se quería a sí misma. Repitió. No se mareaba porque (entre muchos defectos suyos), tenía el hígado hecho una mierda. Ya en la cama, no podía dejar de pensar. Vomitó todo lo que no había podido decir durante el día, reventó, lloró. Y se intentó dormir. Qué difícil es conciliar el sueño cuando no hay sueños que soñar.

6 Comments:

  1. Sonrisas de caramelo said...
    Me encaanta el texto y sobretodo la ultima frase paulitaa :D
    Unknown said...
    tiia me encanta eres unica
    te lo curras eh??
    Anónimo said...
    ES GENIAAAAAAAAAAAAL!
    Virginia. said...
    Sígueme tú también Lerda.
    Pepitas de Limón Dulce. said...
    que guay!
    Anónimo said...
    No me creo que lo dejes... jaja

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